Formación de consumo de drogas
14 Aug 2018
El uso de medicinas narcóticas es debido a las particularidades de su acción en la gente, una de que es la capacidad de causar la euforia.
Esta euforia es uno de los signos del estado de la intoxicación narcótica (intoxicación). Su naturaleza, seriedad de efectos subjetivos de placer, placer, la mejora imaginaria del bienestar físico y mental es determinada por varios factores: el tipo de medicina, el estado y el humor del consumidor, el ambiente en el cual se localiza. La euforia causada por preparaciones opioid es inherente en las sensaciones del placer somático y el fondo emocional del resto, felicidad. Con la euforia causada por psychostimulants, un sentimiento de la recuperación intelectual, la aclaración prevalece. La euforia observada en la intoxicación narcótica necesariamente se combina con un desorden perceptual, un cambio del pensamiento.
Hay que subrayar que el nivel de la exposición de la medicina es directamente dependiente de la dosis tomada y también se relaciona con la experiencia previa de su consumo (la presencia de tolerancia a la medicina). La naturaleza de la euforia causada por ello también depende de la prescripción de la medicina. Se sabe que los drogadictos con la experiencia no alcanzan la euforia que recibieron a principios de la anestesia. Ya que se acostumbra a la medicina, la intensidad de disminuciones de la euforia. Con el tiempo, el adicto comienza a tomar la medicina para no evocar la euforia en su concepto original, pero sólo a fin de quitar el estado subjetivamente doloroso, incómodo. La toma de una medicina no le hace particularmente agradable, pero sin él no puede hacer.
La capacidad de medicinas narcóticas de causar la dependencia (drogodependencia) es explicada por su acción farmacológica en aquellas áreas del cerebro, la irritación de que causa sensaciones positivas. Las sustancias narcóticas y las sustancias que causan la toxicomanía, active zonas de comodidad, placer, recompensa, estímulo, refuerzo positivo, y así refuerce reacciones emocionalmente positivas. Los fisiólogos, tasando el significado de estas zonas para un animal, creen que su comportamiento es determinado por la irritación de estas zonas y zonas del signo de enfrente (zonas del castigo, zonas del disgusto).
Los impulsos del nervio que vienen los caminos de conducción traen la información al cerebro sobre la satisfacción o la insatisfacción de una necesidad particular. Como consiguiente, el animal elige esa táctica del comportamiento, que al final proporciona una irritación de las zonas positivas. En la gente, este sistema es seguramente más difícil, ya que sus necesidades y actividades son en gran parte debido a factores sociales, pero el principio del sistema es similar.
Las sustancias narcóticas, activando zonas de placer, forman una nueva necesidad, un nuevo deseo - la necesidad del uso de medicinas narcóticas. Esta nueva necesidad comienza a suprimir va y oponerse.
El uso episódico de medicinas embriagadoras es sustituido por su recepción regular. El efecto inicial de su consumo disminuye, las reacciones protectoras a su administración disminuyen y desaparecen - todos que éstos son síntomas de un cambio de la reactividad del organismo. Es ya diferentemente que antes, reaccionando a la medicina de inyección. (Una persona desde el nacimiento tiene varias reacciones protectoras innatas, manifestadas por el ingreso de sustancias (venenosas) tóxicas en el cuerpo. Por ejemplo, en una persona no acostumbrada a la bebida del alcohol, hasta una pequeña cantidad de bebidas alcohólicas causa vómitos. Así el cuerpo se protege de sustancias dañinas extranjeras.)
Lo mismo pasa con el primer conocido con medicinas. Por ejemplo, primero cuando el cáñamo indio se toma o cuando los somníferos se emplean mal, hay sudores profusos, los hipos, babear, el dolor en los ojos, la náusea, los vómitos, el mareo, y luego estos síntomas ya no se notan hasta con la intoxicación fatal profunda.
Una persona sana no puede beber el vino, el vodka, etc. durante varios días en fila; se hacen indignados a él, y un paciente con el alcoholismo los bebe diariamente. Lo mismo pasa tomando a agentes embriagadores. El uso diario regular de ellos indica una respuesta cambiada a estos fondos - sobre acostumbrarse a ellos. Se manifiesta en el aumento del tolerability de medicinas narcóticas, aumentando la tolerancia. La tolerancia es un estado de la adaptación, caracterizada por un debilitamiento de la reacción protectora a la dosis inicial de la sustancia embriagadora de modo que aumentar el antiguo nivel del efecto embriagador, su aumento se requiere. Las formas de intoxicación también cambian, pero esto pasa algo más tarde.
Al mismo tiempo, los fenómenos de la dependencia mental se levantan y se intensifican, una condición en la cual una medicina causa un sentido de satisfacción y requiere que la administración repetida o continua siga el placer o prevenga la incomodidad. La dependencia mental se manifiesta en pensamientos constantes sobre medicinas, en el levantamiento del humor en previsión de su recepción, y viceversa, en irritabilidad, insatisfacción, depresión en ausencia de los medios habituales. Si una persona sana tiene varios placeres, puede estar en un estado de la comodidad mental en una variedad de situaciones, entonces el adicto la alcanza sólo bajo la influencia de la medicina.
El aspecto de signos de la dependencia física, que se manifiesta en los desórdenes físicos intensos que ocurren cuando la medicina se discontinúa, es la siguiente etapa en el desarrollo de la enfermedad. Tales desórdenes (síndrome de la abstinencia) son un complejo de síntomas específicos y los signos de las propiedades mentales y físicas que son características de la acción de cada tipo de la medicina.
El alivio viene con la introducción en el cuerpo de la misma medicina u otra sustancia que tiene un efecto farmacológico similar y pertenece al mismo tipo. Cuando la dosis apropiada se observa, la dependencia física no aparece por fuera. Se hace un factor potente en el aumento de la dependencia mental, que hace que una persona siga tomando la medicina o reanude su uso hasta después de tratar de abstenerse de ello.